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Las 3 leyes de la cocina.

La cocina es el corazón de nuestro hogar. 

Desde la cocina elaboramos nuestras comidas, desayunamos, cenamos y/o merendamos. Es donde están la mayoría de nuestros electrodomésticos, tenemos la vajilla, los cubiertos y los vasos. En la cocina acostumbra a estar la máquina de café, la tostadora y el exprimidor de zumos. Todo esto convierte a ese espacio en uno de los puntales de nuestra casa.

¿Pero ese espacio sirve para algo más?

Yo creo que sí. Desde allí disfrutamos de un sinfín de momentos que convierten este espacio en algo muy especial, y no solo el lugar en el que elaboramos nuestras comidas. Disponer de ese espacio con un fin lúdico nos ayuda a amplia las dependencias de nuestros hogares, dándoles una función de polivalencia que siempre es interesante.

Fijaros que pasa cuando tenemos invitados en casa: la cocina acaba siendo el punto de encuentro más transitado. Allí es dónde se realizan tertulias, se acaban de preparar nuestros platos, y por qué no, dónde empezamos a disfrutar de nuestros deliciosos aperitivos.  ¡Es un sitio fantástico!  

la cocina

¿Cuales son las tres leyes de la cocina?

Este espacio, la cocina, debemos tratarlo como algo especial. Si además somos capaces de decorar nuestra cocina con personalidad, más agradable será su estancia en ella, y, por tanto, las experiencias que en ella viviremos se incrementaran. Pero debemos ser muy conscientes de su uso fundamental, y es en este sentido que aconsejamos seguir tres leyes fundamentales:

  1. Mantener siempre limpia la cocina.

La cocina es un laboratorio donde manipulamos y elaboramos nuestras comidas, y cómo tal, deberíamos tenerla en perfectas condiciones higiénicas. Las superficies que vamos a utilizar, los utensilios de cocina, y sobre todo nuestras manos, deben estar limpias y desinfectadas, evitando de esta forma que proliferen bacterias que puedan provocar infecciones o intoxicaciones.

  1. Disponer los espacios para usos adecuados.

Nuestros armarios y estanterías deben mantenerse limpios y ordenados, y deberían ser utilizados exclusivamente para almacenar aquellos elementos que tengan relación directa con nuestra cocina. Si acabamos disponiendo estos espacios para otros usos acabaremos teniendo la sensación de que la cocina es pequeña, por grande que esta sea.

  1. Disponer de los utensilios en buenas condiciones.

Las sartenes, los cuchillos, o la vajilla se deterioran con el paso del tiempo, y eso hace que la funcionalidad de los mismos vaya perdiendo eficacia. Debemos revisar periódicamente el estado de aquello que utilizamos con más frecuencia, y proceder a su cambio si detectamos desperfectos que puedan provocar accidentes en la cocina.

 

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