Separamos en distintos recipientes todos los ingredientes que debemos utilizar para cocinar la receta seleccionada, en las cantidades descritas.

Encendemos el horno a 180º, y dejamos calentar. Limpiamos y cortamos el tomate por la mitad. Reservamos. La carne no debe estar fría, debemos retirarla de la nevera por lo menos 20 minutos antes de prepararla. Si la ponemos fría en la plancha, bajará la temperatura de la misma, no se cocinará de modo uniforme y obtendremos el efecto de la carne cocida.

Ponemos el tomate en una bandeja para horno, salpimentamos, agregamos un chorrito de aceite y llevamos al horno para cocinar unos 10 minutos. Espolvoreamos el orégano por encima, y reservamos. Calentamos bien la plancha o sartén, y engrasamos con muy poco aceite de oliva o con un trozo de la grasa de la carne. Cuando la plancha esté bien caliente, mantenemos el fuego alto y echamos el filete (salado o no según prefiráis). No lo movemos hasta el momento de darle la vuelta. Según el punto de cocción que preferimos, dejamos pasar el tiempo indicado y le damos la vuelta. Para darle la vuelta usaremos una pinza, nunca lo pincharemos para que no pierda sus jugos. Dejamos cocinar el tiempo indicado del otro lado y retiramos con las pinzas. Si no lo hemos hecho antes, salamos. Antes de cortar dejamos reposar 2 minutos para que los jugos se distribuyan y no se pierdan al cortar, y...¡listo!

Sirve el solomillo a la plancha en platillos y añade la sal y la pimienta al gusto, junto con el tomate.