Separamos en distintos recipientes todos los ingredientes que debemos utilizar para cocinar la receta seleccionada, en las cantidades descritas.

En una olla ponemos el caldo y calentamos a fuego lento. Picamos la pechuga de pollo, dejándola en trozos muy pequeños. Pelamos y picamos la cebolla, la zanahoria y el ajo en dados. Fileteamos los champiñones. Desgranamos los guisantes. Batimos los huevos. Preparamos el aceite, la sal, la pimienta, el pimentón, el pan de molde, la leche, la harina y el vino blanco. Reservamos todos los ingredientes por separado.

Primero mojamos las rebanadas de pan en la leche. Ponemos el pollo en un bol, y la mezclamos junto con el ajito, el perejil, sal, pimienta, el huevo y las migas de pan. Mezclamos todos los ingredientes bien, y empezamos a dar forma a las albóndigas. Las pasamos por harina, y reservamos. En una sartén grande ponemos aceite, y dejamos calentar un par de minutos. Marcamos las albóndigas sin dejar ninguna zona de la superficie sin cocinar. Reservamos. Agregamos la zanahoria y rehogamos durante 5 minutos. Ahora echamos la cebolla y el ajo, y rehogamos durante 5 minutos más. Seguimos incorporando los champiñones y los guisantes, y sin dejar de cocinar aguantamos la cocción 5 minutos más, evitando que se nos puedan quemar los ingredientes. A continuación ponemos un poquito de pimentón, y mezclamos todo bien. Ahora agregamos la harina, sin dejar de remover, y en 1 minuto echamos el vino blanco, que dejaremos reducir. Salpimentamos. Ahora agregamos las albóndigas, y dejamos que se integren todos los sabores. A continuación vertemos el caldo para cubrir todo el producto, y cocinamos durante 30 minutos. Rectificamos de sal y pimienta, y...¡Listo!

Servimos en un plato plano, acompañando las albóndigas con todas las verduras.

Glúten, Apio, Huevos, Sésamo, Sulfitos, Leche